IDENTIDAD CARISMÁTICA
Nuestro Carisma en la Iglesia es una experiencia del Espíritu Santo, que nos configura realmente con Jesucristo pobre y evangelizador de los pobres, en el misterio de su amor misericordioso, simbolizado en su corazón y proyectado en los más necesitados de nuestra sociedad. Este carisma está recogido en nuestras Constituciones, que son para nosotras: nuestro proyecto de vida, nuestra manera peculiar de seguir e imitar a Jesucristo, el libro básico de nuestra espiritualidad, la "conciencia" que nuestra Congregación tiene de sí misma, nuestro libro fundamental de "oración" personal y comunitaria.
Nuestra Congregación es un Instituto religioso de vida apostólica, no sólo ni principalmente porque realizamos determinadas obras o acciones de apostolado, sino porque pretendemos vivir al estilo de los apóstoles: en comunión de vida con Jesús, en configuración real con El, anunciando el Reino por medio del testimonio, de la palabra y de los distintos servicios que prestamos.
Nuestra vida consagrada es, al mismo tiempo, contemplativa y apostólica y nuestra misión se proyecta en unas determinadas obras y actividades apostólicas.