Oración del Claustro al comienzo de curso
Vamos a orar hoy por todos nosotros, para que el Corazón de Jesús, nos acompañe en nuestro
caminar educativo, nos indique el camino para mostrar a nuestros alumnos al único Maestro.
Monición de Entrada.
Vamos a comenzar un nuevo curso. Lo hacemos con unos momentos de reflexión y oración.
Dios tiene que ser el fundamento primero y último de nuestro quehacer educativo. La Buena
Noticia de Jesús tiene que ser el soporte, desde las Bienaventuranzas y el mandato del Amor,
de los valores fundamentales que intentamos compartir entre nosotros y con nuestros
alumnos.
Pocas veces, tal vez nuestros a alumnos y nosotros mismos oramos unos por otros. Somos
olvidadizos. Sabemos, sin embargo, que para nada vale el estudio sin el calor de la oración y el
amor y en nada queda la oración y el amor si no hay dedicación a la misión, a los niños.
Vamos a orar hoy por todos nosotros, para que el Corazón de Jesús, nos acompañe en nuestro
caminar educativo, nos indique el camino para mostrar a nuestros alumnos al único Maestro.
Los niños aprenden lo que viven, es necesario que vean entre nosotros una relación cálida, de
amor mutuo… que les haga descubrir el amor de Cristo y puedan decir de nosotros lo que se
decía de los primeros cristianos: “Mirad como se aman”
Oración a dos coros
Ayúdame a ser un maestro fiel y dedicado, con mis ojos puestos en el bien de aquellos a
quienes sirvo.
Que imparta el conocimiento humildemente, que escuche con atención, que colabore de
buena gana, y busque el bien último de aquellos a los que enseño.
Que esté presto a comprender, lento a condenar, ávido de animar y de perdonar.
Mientras enseño ideas y entreno en competencias, que mi vida y mi integridad abran
sus mentes y sus corazones a la verdad.
Que mi cálido interés por cada uno les enseñe el sabor de la vida y la pasión por aprender.
Dame la fuerza para admitir mis limitaciones, el coraje para empezar cada día con esperanza, y
la paciencia y el humor que necesito para seguir enseñando.
Acepto a cada alumno venido de tus manos. Creo que cada uno de ellos es una persona de
valor exclusivo, aunque ellos mismos no se vean así.
Sé que tengo la oportunidad de dar a muchos niños luz y esperanza, un sentido de misión y
entrega. Sé que Tú confías en mí y que estás conmigo.
Te pido tu bendición al comienzo de cada día. Te pido que me bendigas a mí, a mis
compañeros de trabajo y a mis alumnos, sus sueños y esperanzas.
Que aprendamos de la sabiduría del pasado. Que aprendamos de la vida, y los unos de los
otros. Que yo aprenda de tu guía, por encima de todo, y de las vidas de aquellos que te
conocen bien.
Este es el verdadero aprendizaje: conocer cómo debemos vivir nuestra vida, conocer cómo
somos nosotros mismos, y escuchar tu voz en cada palabra que aprendamos.
- Lectura de la segunda carta de Pablo a Timoteo 2, 14 y ss
- Cada uno pide aquello que desea para el nuevo curso
- Padre nuestro.
- Terminamos orando juntos:
Señor Dios, al comenzar este curso queremos que estés presente en nuestra vida. Que las
tareas que realicemos tengan un sentido solidario y no sean sólo para beneficio nuestro, sino
para que podamos servir a los demás con un espíritu nuevo.
Contamos con Jesús y su mensaje. El nos enseñó cómo debemos amarte a ti y a los demás.
Estaremos muy atentos a enseñar a nuestros alumnos desde el amor de tu Corazón. Amén.