Una experiencia de encuentro con Dios
En el Oratorio nos reunimos en el nombre de Jesús porque sabemos que
“donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20).
Al comenzar el curso, el pasado mes de septiembre, iniciamos una actividad nueva
en nuestro colegio de Jaén: El Oratorio. Una experiencia de encuentro con Dios a
través de la Palabra. Es una actividad que se lleva a cabo en numerosos Centros
desde hace años. Tomamos la siguiente información de los Misioneros Claretianos.
Varios son los textos evangélicos que nos recuerdan la preferencia de Jesús por
los niños, pero en uno de ellos encontramos el fundamento para esta experiencia:
“Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Mas
Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo
impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el
que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él». Y abrazaba a los niños,
y los bendecía poniendo las manos sobre ellos”. (Mc 10,13-16).
Nosotros hemos escuchado esta petición del mismo Jesús: “Dejad que los niños
vengan a mí”, y queremos responder a esta llamada, a esta vocación, y acercar a los
niños a la fuente de la Palabra, para que puedan beber y saciar la sed de verdad
que llevan inscrita en su corazón. Estamos convencidos de que los niños y jóvenes
son capaces de entrar en relación directa con el Misterio del amor del Corazón de
Cristo.
En el Oratorio nos reunimos en el nombre de Jesús porque sabemos que “donde
están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18,20).
Es la primera Palabra que oramos, ¡y qué fácil de entender! Él está en medio de
nosotros. Luego iremos descubriendo otras Presencias y Recuerdos de Jesús que
nos acompañan en nuestra vida y que nos colman de alegría.
Esta es la misión del Oratorio: ser una experiencia de encuentro con Dios a través
de la Palabra. Escuchar y guardar la Palabra, en la mente y en el corazón, para
recibir con alegría la misión y el envío de Dios: llevar el amor del Corazón de Jesús
a sus casas, a sus familias, a sus amigos…
El itinerario
La experiencia del Oratorio tiene como fundamento conocer, afirmar, creer y
confesar las Presencias de Jesús. Son los lugares reales de encuentro con Jesús, y
a través de Él con el Padre en el Espíritu. Distinguimos las siguientes Presencias de
Jesús: en el Sagrario (en la Eucaristía); en la Biblia, Jesús nos habla cuando la
leemos; en medio de nosotros, “reunidos en su nombre”; en nuestro corazón,
“habitado por la Trinidad”; en el Presbítero, que actúa “en la persona de Jesús”; en
los pequeños y necesitados (cf. Mt 25); en la Iglesia, como grupo de personas que
se reúnen en nombre de Jesús y reciben el Espíritu Santo.
Junto con las Presencias vamos presentando los Recuerdos o signos que nos ayudan
al encuentro con Jesús. Los fundamentales son: la Cruz, en la que Jesús murió
porque nos ama hasta dar su vida por nosotros; la Vela o Cirio, que recuerda que
Jesús ha resucitado y está vivo para siempre; la imagen de la Virgen María con el
niño en brazos, que nos recuerda cuando Jesús era niño, cuando su madre le
cuidaba, le educaba y le enseñaba a rezar.
Las Presencias y los Recuerdos nos van adentrando en las diversas formas de
oración, siempre a partir de las palabras evangélicas. Paulatinamente vamos
desarrollando las siguientes maneras de orar: petición; acción de gracias;
adoración; bendición, glorificación y alabanza; oración continua. Todo el itinerario
se realiza siguiendo los Misterios que se nos revelan a través del año litúrgico.
Conclusión
A lo largo de estos meses hemos ido madurando la experiencia del Oratorio en
nuestro centro, adecuando la experiencia a nuestro carisma: Jesús tiene un
corazón que nos quiere.
Tenemos en proyecto invitar a las familias a participar del Oratorio, bien en alguna
delas sesiones en las que tienen sus hijos o bien en cualquier otro momento que
mejor les cuadre en sus apretadas agendas.